¿Te ha pasado que a veces surgen malentendidos con tus conocidos que no eran necesarios? ¿O que te enojas por alguna situación que podía evitarse hablando?
Una habilidad básica que todos deberíamos desarrollar en la vida es la de tener una buena comunicación con los demás, entender y transmitir nuestro mensaje siendo claros, pero respetuosos con las otras personas. No sabes el gran número de problemas que te puedes ahorrar.
Claro que esas habilidades no vienen con el nacimiento, hay muchas cosas que nos vamos acostumbrando a hacer a lo largo de nuestra vida y que no son necesariamente buenas.
Por ejemplo, seguro has conocido a alguien que nunca deja de hablar de sí mismo y sólo encuentra en las anécdotas de los demás una excusa para seguir hablando de lo que él o ella hacen. Es muy molesto.
O alguien que predica y se enorgullece de siempre “ser muy honesto” pero que no parece importarle decir comentarios hirientes a los demás, con cero empatía. Si quieres mejorar tu estilo de comunicación para tener relaciones con los demás claras y sanas, sigue leyendo.
“Gran parte de los problemas de efectividad y sufrimiento que enfrentamos en el mundo actual (de las organizaciones y en la vida personal) está relacionado con incompetencias que presentamos en la forma de conversar y relacionarnos con otros. Muchas personas sufren por su incapacidad de ser escuchados, por su dificultad para reclamar o su dificultad para reconocer el trabajo de otros.”
Julio Olalla .
Para comunicarnos efectivamente debemos darnos cuenta de que cada uno de nosotros percibe el mundo de diferente manera y debemos utilizar este conocimiento como guía para comunicarnos con otros. EMISOR / RECEPTOR. “Lo verdadero no es lo que digo yo, sino lo que entiende el otro”.
Para comunicarse con otra persona no basta con hablar hay además que conseguir:
El objetivo de la comunicación es que el mensaje que queramos transmitir sea descifrable por un código común para que se dé el entendimiento entre las dos personas.
Es obvio que esto no se produce con éxito en muchas ocasiones: las personas no se entienden, se malinterpretan, la conversación se interrumpe, se produce la comunicación rebote, o lo que es peor, se convierte en gritos.
Pero ¿Sabes cuáles son los errores más comunes en el proceso de Comunicación? Aquí te los contamos:
Los déficits o carencias que pueden entorpecer el proceso de la comunicación pueden ser:
No conoce a la persona que se dirige. No habla el mismo lenguaje que el intelocultor (lenguaje no solo se refiere al idioma) No se adapta a los niveles de edad y conocimientos del otro. No sabe con qué objeto inicia la comunicación. No se comunica directamente por miedo a las consecuencias.
No se ha escuchado correctamente el mensaje. No interpreta adecuadamente el mensaje. No muestra interés por lo que se dice. No da señales de escucha, no responde. Carece de habilidades para escuchar.
No es comprensible, no se adecua a las características del oyente. Es difícil de interpretar, es abstracto, ambiguo. No es directo y se expresa con rodeos. No es interesante, no incita a comunicarse.
La comunicación es algo mucho más amplio que las palabras, incluyendo otros elementos no menos importantes como: el lenguaje corporal, el movimiento, los gestos. La comunicación entre los seres humanos incluye dos elementos:
De esta forma, la comunicación comprende dos formas o canales de transmitir la información o mensaje:
Comunicación verbal. El aspecto verbal transmite el contenido de la comunicación, lo que queremos decir, a través de la palabra.
Comunicación no verbal. El aspecto no verbal transmite la forma, es decir los sentimientos y las emociones del emisor que mediatizarán la interpretación del mensaje verbal por parte del receptor.
– Estilos de comunicación.
Las personas pueden comportarse de manera pasiva, agresiva o asertiva dependiendo de la situación o de su manera de comportarse. Por supuesto que no siempre actúan de la misma manera, sino que emplean una u otra forma en diferentes ocasiones. Pero cuando siempre actúa de la misma manera hablamos de una tendencia fija de comportamiento.
Cuando aprendemos a identificar y comprender cada uno de estos distintos modos de reaccionar podemos darnos cuenta de las consecuencias que obtenemos con ellos.
Es aquel estilo de comunicación propio de personas que evitan mostrar sus sentimientos o pensamientos por temor a ser rechazados o incomprendidos o a ofender a otras personas.
Infravaloran sus propias opiniones y necesidades y dan un valor superior a las de los demás. Algunas de sus características son:
Este estilo de comunicación se sitúa en un plano opuesto a la pasividad, definiéndose por la sobrevaloración de las opiniones y sentimientos personales, obviando o incluso despreciando los de los demás. Piensan que si no se comportan así, son demasiado vulnerables. Sitúan los patrones de comportamiento en términos de ganar-perder. Piensan que hay gente que merece ser castigada. Pelean, acusan, interrumpen, amenazan, agreden a los demás sin tener en cuenta sus sentimientos.
Conducta no verbal: Mirada fija, voz alta, gestos de amenaza, habla rápida y fluida, mensajes impersonales, postura intimidadora. Volumen de voz elevado, poca fluidez, interrupciones. Contacto ocular retador, cara y expresión tensa. Tendencia al contraataque.
Conducta verbal: “Di no tienes cuidado.” “Deberías.” “Harías mejor en…” “Malo.” “Debes estar bromeando.”
Efectos: Tensión, descontrol, culpable, mala autoimagen, soledad, hiere a las demás, frustración. Actitud de las demás hacia el sujeto: Enojo, deseo de venganza, resentimiento, humillación. Sienten ansiedad creciente, soledad, sensación de incomprensión, culpa, frustración. Baja autoestima y sensación de falta de control. Honestidad emocional: expresan lo que sienten y piensan, “no engañan a nadie”. Producen rechazo en los demás.
La conducta asertiva:
Es aquel estilo de comunicación abierto a las opiniones ajenas, dándoles la misma importancia que a las propias. Parte del respeto hacia los demás y hacia uno mismo, aceptando que la postura de los demás no tiene por qué coincidir con la propia y evitando los conflictos sin por ello dejar de expresar lo que se quiere de forma directa, abierta y honesta. No van a ganar, sino a llegar a un acuerdo.
Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente.
Una persona asertiva es capaz de expresar, al máximo sus posibilidades, lo que quiere y desea de un modo directo, honesto, de forma adecuada, que claramente indica lo que desea de la otra persona pero mostrando respeto por ella, con el mínimo coste emocional, manteniendo una buena relación con las personas implicadas. Discrepa abiertamente, pide aclaraciones, dice “no”, sabe aceptar errores. Defiende sus propios intereses. Expresa opiniones y sentimientos libremente. Expresa sus deseos y necesidades. No permite que las demás se aprovechen. Es capaz de elogiar a los demás. Sabe pedir favores y hacer peticiones.
Te invitamos a trabajar y analizar tus estilos de comunicación para mejorarla tu relación con los demás.
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